11 junio 2016

Carlos Acosta no pudo bailar el racismo de Alicia

Se acabó la luna de miel de Carlos Acosta con las autoridades culturales de la dictadura de Cuba, ahora empieza el matrimonio mal llevado. El reconocido bailarín había regresado a su país, después de una exitosa carrera en el exilio, para comenzar un ambicioso proyecto cultural al que le puso nombre y —sobre todo— apellido: Acosta Danza.
La cosa iba muy bien hasta que llegó el momento de presentar su autobiografía, donde acusa a Alicia Alonso de racista y cuenta su negra experiencia en el Ballet Nacional del Cuba. Todo estaba listo para el lanzamiento, pero al final no pudo ocurrir y, hasta ahora, nadie ha dado una explicación.
La historia cubana escrita dentro de la isla en los últimos 50 años se ha visto forzada a ser tan poco creíble como el discurso oficial del régimen. Los artistas que se decidan a publicar sus biografías en ese entorno, tendrán que respetar las reglas de ese juego.
O se dejan censurar o se autocensuran, que es el camino más corto, sencillo y pusilánime de no tener problemas y recibir —¡cómo no!— homenajitos, prebendas y hasta condecoraciones.

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