10 noviembre 2014

Mi familia

La tragedia de Cuba se puede resumir en una certeza: es el único país del hemisferio occidental que está peor que en 1959. Pero hay algo aún más grave y tiene que ver con la familia. Ninguno de los daños infligidos por la dictadura de Fidel Castro a mi país es mayor que la desintegración del núcleo donde nacimos.
El mío era el mejor del mundo. Mis abuelos, Aurelio y Atlántida, lograron que sus cuatro hijos fueran muy unidos. Caridad, Argelia, Lérida y Aldo crecieron en estaciones de ferrocarril, mientras sus padres trabajaban duro para que ellos aprendieran que esa era la única manera de tener éxito y salir adelante.
Los cuatro fueron ferroviarios. Mi tía Cary llegó a ser jefa del puerto más importante del centro de Cuba. Mi tía Titita dirigió, desde muy joven, el tráfico de los trenes de caña en los ramales de las zafras. Mi madre llegó a tener grandes responsabilidades en los Ferrocarriles de Cuba.
Mi tío Aldo, el mejor de todos, fue un verdadero artista en el arte de hacer que los trenes circularan y llegaran a su destino en hora. Pero todo eso está en el pasado. Ahora yo vivo en un país donde los trenes circulan bajo tierra y el único primo real que tengo ni siquiera mantiene comunicación conmigo.
Pero a pesar de los pesares puedo asegurar que hoy, 10 de noviembre de 2014, que tengo una familia inmejorable. Por eso estoy tan agradecido de Alejandro, Diana, Freddy, Luis, Marianela, Mario, Mayitín, Soraya y Susan. La mayoría de las veces no veo pasar un tren en todo el día, pero gracias al amor de ellos no me siento solo.

1 comentario:

Bernie Miranda dijo...

Qué casualidad este escrito tan bonito y sentimiento, digo casualidad, porque el otro día estaba sacando unas fotos y entre ellas estaba la ultima foto mía tomada en Cuba, cuando en Noviembre del año 1956, fui a Santiago de Cuba a celebrar los quince años de mi hermana, nunca mas vi la vi a ella, a Felo lo vi en el 1958 cuando paso por Miami, y mi mama que vino por un mes, y, yo nunca he regresado a Cuba, todo gracias a los Castros, que destruyeron la familia.