21 noviembre 2011

La vida en blanco y negro

Ese televisor Krim 218, hecho en la URSS, estaba acabado de estrenar el 15 de octubre de 1980. Lo primero que se vio en su pantalla en blanco y negro fue un discurso. Era el Acto Central por el Primer Vuelo Conjunto Soviético-Cubano al Cosmos.
“Es increíble (…), cuando muchos de nosotros que no somos tan viejos éramos niños, y se hablaba en películas de ficción, en libros de ficción de viajes espaciales; y en el período menor que la vida promedio de un hombre se han producido estos cambios tan extraordinarios”, reconoció Fidel ese día.
Diez años después, el 1 de febrero de 1990, cuando el acto de recibimiento a la tripulación del buque mercante "Hermann", efectuado en el monumento al "Maine", ya le habían tenido que cambiar dos bombillos. La mesa había perdido el color original de la caoba. Era roja, como él óxido.
Casi al final del discurso, Fidel recordó una historia de la antigua Roma.  “Se dice que los que cercaban aquella ciudad lograron hacer dos prisioneros y los llevaron ante el jefe, que los amenazó con torturarlos, los amenazó con quemarlos. Allí había una hoguera y, como desprecio a la amenaza, extendieron las manos sobre las llamas”, una ovación le puso el punto final a la frase.
El 25 de noviembre del 2000, la mesa era azul cielo. Algunas de las piezas esenciales del televisor habían sido reemplazadas por las de un viejo Caribe. En la Tribuna Abierta de la Revolución, en la Plaza Batalla de Guisa, Fidel prometió ganar “la épica batalla de ideas”.
Una década más tarde, el 23 de agosto de 2010, a la mesa ya le habían dado la mano de pintura verde. Los tonos de la pantalla se acercaban cada vez más a un gris uniforme. Aún así, se distinguían los movimientos del mostacho del locutor, quien le dio lectura a las Reflexiones del compañero Fidel.
“Hace 65 millones de años, un asteroide impactó en la península de Yucatán. La nube de polvo resultante, mezclada con el humo de los incendios, ocultó el Sol, matando a los dinosaurios. El volcanismo masivo, que a la vez se daba en la India, pudo haber agravado los efectos”, dijo con un tono severo.
Quince meses después, la vida en blanco y negro no para de verse en la pantalla del Krim 218. Desde 1980 hasta hoy, lo único que ha cambiado de color es la mesa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los dinosaurios siguen, hermano incluido.
Y hay que pegarle a la TV rusa tres trozos de nylon transparente coloreado, para ver al Loco en tres tonos: verde, caca y cetrino.
¿Te acuerdas? (S.Lemis)