04 octubre 2011

No hay grúas en el horizonte de La Habana

Cuando a La Habana se le mira de lejos, la ciudad encubre sus ruinas. En eso pensé cuando me paré en el filo de piedra del castillo del Morro. Desde allí, traté de repetir una foto que he visto infinidad de veces desde que soy niño. Logré una idéntica a todas las demás.
Casi nada ha cambiando en el perfil de la ciudad en los últimos cincuenta años. Tres edificios y una horrorosa plaza pública es todo lo que se ha construido en el Malecón en ese espacio de tiempo. A espaldas de esas paredes repintadas, se esconde el naufragio de Centrohabana.
La capital de los cubanos nunca ha sido bombardeada, pero un buen trecho de su vientre parece haber sido arrasado por el fuego aéreo. Un islote de cascarones y muros deshechos se expande en el interior de la ciudad hasta los bordes mismos de las principales avenidas. Allí, a duras penas, es contenido por las brochas gordas y la pintura de cal.
No hay grúas en el horizonte de La Habana. Nada nuevo se construye. Las pocas obras en marcha están destinadas a preservar lo indispensable, a salvar alguna que otra esencia. La ciudad, como su gente, se ha sentado a esperar. Solo que ella sí puede darse el lujo de perder tanto tiempo.
Hace medio siglo era una urbe tan moderna, que aun en su peor decaimiento luce espléndida, deslumbrante.

9 comentarios:

JorgeJuanS dijo...

Bienvenido de vuelta, Camilo. Sigue esta producción en serie de tus relatos de esa Cuba que muchos también sentimos tan lejana ya. Comparto este en mi muro. Un abrazo desde Costa Rica.

Jorge Juan Sarduy dijo...

Bienvenido de vuelta, Camilo. Sigue esta producción en serie de tus relatos de esa Cuba que muchos también sentimos tan lejana ya. Comparto este en mi muro. Un abrazo desde Costa Rica.

Odette Alonso dijo...

Lindo texto.

jany dijo...

Cuanto hastraido de regreso!!!!!!
Paradero de camarones? Espero.

Anónimo dijo...

Bienvenido, querido poeta!! Besos. (Lemis)

Diana Sarlabous dijo...

Deslumbrante a pesar de estar en blanco y negro. Habana si bastara una canción para devolverte todo lo que el tiempo te quitó.

Miguel Grillo Morales dijo...

Hace apenas una semana le pedí a Malena Burke que interpretara Habaname, me complació, algo escribí sobre aquel hecho. Este relato del amigo Venegas me dejo con un sentimiento parecido al que me provoca esa legendaria canción de Carlos Varela. Prestado, lo llevo a mi muro en Facebook. Pido prestado y no devuelvo ¿Es eso robar? Amigos disfrútenlo. Camilo welcome back.

Evelio Masa dijo...

"Habana
si bastara una canción
para devolverte todo
lo que el comunismo y el castrismo
con la complicidad de buena parte de tus hijos
te quitó"

Anónimo dijo...

Muy buena observación (el título me encanta)
Y falta: ni carteles, ni...
Rceuerdo haber ido a la Habana en el 2007 (una ausencia inmensa antes, mejor no detallar) y descubrí que tenía ganas de leer otra vez (algo que deje de hacer durante años al salir fuera)

Como mismo a ti te dan ganas de llorar abrazar amigos, a mi me lo daban esos tristes tomos de las ediciones de Cuentos Americanos, Cuentos Franceses que veía en mi exigua carga traída al emigrar.

Luego, meditándolo, descubrí que el bombardeo constante de letras en el primer mundo había fatigado tanto a mi cerebro -eso y los lomos, los tristes lomos- me habían apagado el lado del cerebro que me había hecho leer desaforadamente durante 30 y tantos años.

La Ciudad sin Letras Luminosas me dejo leer otra vez...

Anónimo Standard