19 junio 2011

¡Feliz Día de los Padres, Camilo!

No recuerdo que pasara ni un Día de los Padres con él. Cuando tenía 6 años me llevaron a vivir con mis abuelos a una estación de trenes y desde entonces Aurelio ocupó su lugar. Éramos muy diferentes. Su lugar en el mundo estaba en Manicaragua y el mío en el Paradero de Camarones. A él le fascinaba esperar el amanecer dentro del mar, mientras practicaba la pesca submarina; a mí bastaba con oír pasar a los trenes nocturnos.
Papi era un hombre de acción. Por eso, en 1958, se unió a la tropa de Camilo Cienfuegos y participó en la liberación de muchos pueblos del Norte de Las Villas. Aún conservo su brazalete. Quisiera recuperar un trozo de película donde él y Camilo izan la bandera cubana en la azotea del Ayuntamiento de Yaguajay.
Se llamaban Serafín, sus amigos le empezaron a decir Camilo cuando volvió de la guerrilla. Era monotemático (en eso sí salí a él) y me imagino que le oyeron contar tantas historias del guerrillero desaparecido, que acabaron trocándole la identidad. Luego, cuando nací, me puso ese mismo nombre para que al menos en mí fuera cierto.
A veces me arrepiento de no haber compartido más aventuras con él y sus mejores amigos: Armandito Gutiérrez, Mario Abreu y Sergio Corrieri, el actor. Cada vez que se iban de cacería, yo prefería quedarme con Aurelio, para contar los vagones que traería el tren de Sagua. Una sola vez lo acompañé a una pesquería. Salimos por Casilda, en Trinidad, y estuvimos 15 días en alta mar. Aún son los más aburridos de mi vida.
Se murió sin comprender por qué coño yo prefería un arroyo de mierda al mar Caribe. Todavía creo que no me hubiera entendido por más que se lo explicara. De lo que sí hubiera querido convencerlo es que, a pesar de preferir mundos tan diferentes, lo quería mucho, muchísimo. Hoy, por ejemplo, quisiera recordar un Día de los Padres junto a él. ¡Felicidades, Camilo!

2 comentarios:

Orlando González dijo...

Muy agradable dedicar este dia a tu padre.
Un abrazo

José Manuel fernández Pequeño dijo...

Nagüe, anoche soñé que íbamos a una conferencia de Borges. Esta mañana quise llamarte para felicitarte y parece que no tengo tu celular actualizado. Felicidades pues.