16 febrero 2009

Hasta el dosmilsiempre

El 54,36% de los venezolanos ha decidido otorgarle a Hugo Chávez el derecho a gobernarlos por el resto de su vida, la cual según él mismo ya lo ha decidido, será larga, muy larga. Un furibundo seguidor de Hugo, al ser entrevistado por El País, confesó que sólo ve a un hombre en el futuro de Venezuela. Cuando se le preguntó hasta cuándo, fue lo suficientemente explícito: “¡Hasta el dosmilsiempre!”.
De todas las metas que Fidel Castro se propuso hace 50 años, sólo ha cumplido una. No resolvió que los cubanos tuvieran una vivienda digna ni logró producir los alimentos indispensables. En materia de soberanía tampoco tuvo conquista alguna, pues ha dependido primero de Moscú y luego de Caracas como la colonia de Madrid y la república de Washington.
Hoy los cubanos son menos libres que nunca y dentro de su propio país tienen menos accesos que cualquier extranjero. Nadie que piense diferente tiene cabida en una sociedad donde “la calle es de los revolucionarios”. Hasta la potencialidad, la probabilidad, el quizás y el tal vez han sido convertidos en delito, de manera que no sólo no se puede hacer sino que tampoco se puede imaginar.
Los cubanos de hoy no disfrutan de servicios decentes ni siquiera en la salud y la educación, que otrora fueron dos estandartes del fidelismo. Década a década la sociedad cubana se ha ido corrompiendo y autodestruyendo hasta quedar reducida a un paisaje muy parecido al que deja una batalla, sólo que allí no ha ocurrido una.
La permanencia en el poder, esa ha sido la única meta que Fidel Castro puede asegurar que ha cumplido sin ningún temor al yerro. Cualquier otra cifra, pone al medio siglo de revolución en ridículo frente al medio siglo de república. El aspecto de superficie lunar que tiene hoy la nación cubana es un avance de lo que será la Venezuela chavista.
De los cubanos ya han aprendido los venezolanos seguidores de Hugo Chávez a construir una revolución. Dentro de una década o dos, si es que el mandatario se sale con las suyas, podrán aprender a sobrevivir entre las ruinas. A eso también enseña el socialismo cuando se instaura.

5 comentarios:

Celebrando en Santo Domingo dijo...

Camilo, amanecí con un peso el alma.. por lo general leer tus comentarios de mi país de alguna manera me movilizan... hoy me enfrentan con una realidad que duele y hasta da escalofrío..
Competir con el poder, el dinero , el miedo y la represión es una competencia demasiado desigual !!
Gracias por estar ahí

Odette Alonso dijo...

¡Le zumba el mango! Pareciera imposible a estas alturas... Pero la historia humana está llena de sorpresas. Duele la impotencia.

Anónimo dijo...

Recibí El Fogonero de parte de Odette Alonso, lo estoy leyendo y ví tu correo, hoy no quiero escribir mucho, ¿lo entiendes, no?, luego lo haré con calma y te enviaré información de mi país, sólo voy a comentarte algo: ¡Qué triste que un gobernante diga que el futuro de su país depende del futuro de un presidente de otro país! ¡Vaya ,un Presidente tan dictador como él! Un saludo desde este día que para mi, es triste y oscuro.

Anónimo dijo...

Camilo, en el blog de Odette Alonso hice link con el tuyo y me he pasado el día entero leyéndote. Es muy bello y escribes maravilloso. Recibe este beso de una caraqueña que te admira. Ya vi tu email, cuando acabe de llorar por lo que nos pasó el domingo te escribo.

un tordo dijo...

Camilo, ya el dicho lo confirma: "nadie experimenta por cabeza ajena", aunque el laboratorio sea prehistórico. gracias por tu solidaridad, aquí seguimos cinco millones de electores en crescendo, opuestos a la "revolución bonita",
saludos,
E.