25 marzo 2007

A noventa pies del home

Bienvenido Rojas es un incansable difusor de la cultura que genera el béisbol más allá de la hierba de los estadios. Por eso su columna empieza casi siempre con una cita de Yogi Berra. El proverbial receptor de los Yankees es algo semejante a Groucho Marx, sólo que en lugar de un habano, llevaba careta y arreos a la hora de decir genialidades.
Bienvenido se ha convertido también en un “traductor” de ese dialecto que hablan, escriben o gesticulan los dominicanos cuando están lejos del play y no puedes prescindir del béisbol para seguir comunicándose con su entorno.
la primera persona que me habló de Bienvenido fue Américo Celado, a quien le debo no pocas frases duras y curveras o rectas y pegadas sobre la identidad que se juega día días y mucho más allá del out 27.
Hace unos días pensé en Bienvenido y en Américo cuando, camino del Este, di con una disco-terraza que se llama A Noventa Pies del Home. Hay que ser dominicano y saber lo que es el béisbol para entender esa expresión en su justa medida. Hay que ser un tíguere para entenderla y, además, “anotar la carrera”.

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