05 septiembre 2006

El cortesano

Joaquín Balaguer acaba de cumplir cien años y con esa excusa se celebraron actos donde se alabó su talento como político y como escritor. No cabe duda alguna de que el Doctor fue el político dominicano más influyente del siglo XX. Primero como cortesano de Trujillo, después como dictador él mismo (en unos interminables doce años), luego como Presidente legitimado en las urnas (algo a lo que, por cierto, no se han atrevido otros caudillos de la región) y al final como un ente ineludible en la vida nacional.
Pero se ha exagerado a la hora de evaluar la obra literaria de Balaguer. Hace unos días un orador rimbombante llegó a considerarlo “una de las grandes plumas del continente”. Por lo regular, figuras como él suelen tener inclinaciones literarias; ejemplos de ello hay de sobra. Pero eso no quiere decir que se le pueda tomar en cuenta a la hora de establecer el más estricto panorama de la literatura dominicana del siglo XX.
No es posible situarlo junto a Pedro Henríquez Ureña, Juan Bosch, Virgilio Díaz Grullón, Marcio Veloz Maggiolo o Pedro Peix (para citar a varias generaciones). Su talento era otro y pruebas de ello dio hasta con los ojos cerrados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Camilito tú crees que en toda Cuba hay un escritor tan innovador como Pedro Peix ?

Loyda Santos